La naturaleza. El entorno donde convergen un sin número de especies tanto del reino animal, como del reino vegetal. Recuerdo que de niño me devoraba la enciclopedia del Time Life, era sorprendente enterarme y observar en fotos acerca de los animales en su entorno. De niño tuve la fortuna de tener contacto directo con los animales, las veces que lo pude hacer fue algo sorprendente para mi que era un niño. Recuerdo que mas de una vez fuimos al rancho de mi abuelo materno, en esas ocasiones tuve la oportunidad de ver mapaches, zorillos, víboras, tarántulas, y un sin fin de pájaros e insectos de muchísimas especies. Además de los típicos animales propios de un rancho, como lo son las vacas, gallinas, cerdos y los impresionantes toros. Era todo un espectáculo, y quien lo ha vivido, nunca podrá olvidar los olores característicos, como por ejemplo el olor a excremento, a vegetación, el fabuloso sereno mañanero, era todo un elixir para quien gusta de las maravillas de la naturaleza. También recuerdo los relatos nocturnos de mi abuelo, donde nos contaba que en ocasiones, bajaban los leones a beber agua en las madrugadas, ya sabrán mi asombro y sorpresa al escuchar los relatos de mi abuelo. También con mis abuelos paternos, tuve la oportunidad de vivir experiencias gratas, pues ellos vivían en una zona alejada de la civilización. Aullidos de lobos, coyotes, armadillos, madrigueras, y un sin fin de flora y fauna nueva para mi, fueron de las cosas que tuve la oportunidad de ver y escuchar cuando viví un tiempo con ellos en mi infancia.
Hoy en día, que no daría por vivir esas experiencias inolvidables, pero entiendo que a veces los tiempos cambian. A cómo va el curso de la historia, no quiero pensar que esas experiencias sean cosa del pasado. Las nuevas generaciones, difícilmente podrán vivir un contacto tan cercano con la naturaleza o tal vez ni siquiera les interese, y si a eso añadimos la exagerada cantidad de especies en peligro de extinción, pues esta de pensarse. Todo esto vino a mi mente hoy en la mañana, cuando me disponía a salir a mi trabajo. Parado en la barda de la casa se encontraba un periquito amarillo como esperándome para darme los buenos días, mi sorpresa y asombro fue grande, alcance a captarlo en una foto antes de que emprendiera el vuelo. Lo que de niño para mi era una maravilla, aun de grande lo sigue siendo. La naturaleza fue, es y será siempre una belleza, y nunca dejara de sorprendernos. Como aquel periquito amarillo que me lo recordó hoy en la mañana. Por lo pronto, Leyendo Ando!
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